Traducción: Dos poemas (para Halloween) de Louise Glück
Hoy, 8 de octubre de 2020, en la Ciudad de México nos despertamos con la noticia de que la poeta norteamericana Louise Glück (Nueva York, 1943) había sido galardonada con el Premio Nobel de Literatura. Glück es autora de doce libros de poemas y una colección de ensayos. Entre sus varios premios se encuentran el Pulitzer Prize, el National Book Critics Circle Award, el Bollingen Prize, el National Book Award, y el Wallace Stevens Award que otorga la Academy of American Poets. Da clases en la Universidad de Yale y vive en Cambridge, Massachusetts.
Podría fechar mi acercamiento a la obra de esta poeta en el primer semestre de 2015. En esas mismas fechas traduje algunos poemas de su libro The Wild Iris, con el que ganó el Pulitzer Prize en 1993, como parte de un proyecto inconcluso que mantuve con la también poeta y traductora Andrea Muriel, donde traduciríamos una selección de todos los libros que ganaron el Pulitzer de poesía de 1990 hasta esa fecha. Nos quedamos en 1996. Andrea empezó a re-publicar esas traducciones y las pueden leer aquí.
A finales de octubre de 2016, hace casi exactamente cuatro años, traduje dos poemas de Glück que están relacionados con la festividad del Halloween, para la cual faltan pocos días, pertenecientes a su libro The House of Marshland (1975).
Espero disfruten estas traducciones.
Todos los Santos
Incluso ahora este paisaje se está armando.
Las colinas se oscurecen. Los bueyes
duermen en su yugo azul,
los campos han sido
despojados, las pacas
unidas de manera uniforme y apiladas al borde del camino
entre plantas de potentilla, mientras la luna endentada se eleva.
´
Esta es la aridez
de la cosecha y la pestilencia.
Y la esposa reclinada sobre la ventana
con su mano extendida, como en día de paga,
y las semillas
distintas, doradas, llamando
Ven acá
Ven acá, pequeño
´
Y el alma se arrastra saliendo del árbol.
Gretel en la oscuridad
Este es el mundo que deseábamos.
Todos los que querían vernos muertos
están muertos. Escucho el llanto de la bruja
quebrarse bajo la luz de la luna a través de una pared
de azúcar: las recompensas de Dios.
Su lengua marchitándose hasta convertirse en gas…
´
Ahora, lejos de los brazos de la mujer
y la memoria de la mujer, en la cabaña de nuestro padre
dormimos, nunca tenemos hambre.
¿Por qué no lo olvido?
Mi padre tapia la puerta, tapias de daño
de esta casa, de esto ya tiene años.
´
Nadie lo recuerda. Incluso tú, mi hermano,
en las tardes de verano me ves como si
quisieras irte,
como si nunca hubiera pasado.
Pero yo maté por ti. Veo abetos armados,
las agujas de ese horno resplandeciente —
´
En las noches me volteo para que me abraces
pero no estás ahí
¿Estoy sola? Espías
silban en la quietud, Hansel,
todavía estamos ahí y es real, real,
ese bosque oscuro y el fuego en serio.